En un contexto de crisis económica profunda, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) anunció cifras alarmantes sobre la pobreza en Argentina, que revelan un incremento del 11,2% desde finales del año pasado, lo que representa un aumento del 26,86%. Este informe, el primero desde que Javier Milei asumió la presidencia, refleja un panorama desolador: más de la mitad de los argentinos se encuentran en situación de pobreza, afectando gravemente a la población más vulnerable, los niños.
Según el informe, el 66,1% de los niños de entre 0 y 14 años vive en condiciones de pobreza, lo que equivale a 7,3 millones de menores. Esto significa que dos de cada tres niños en Argentina carecen de acceso a las necesidades alimentarias básicas, un dato que enciende las alarmas sobre la crisis social que atraviesa el país.
El crecimiento de la pobreza no solo se refleja en la cantidad de personas afectadas, sino también en la cantidad de hogares en situación de pobreza, con un aumento de 10,7 puntos. La indigencia, es decir, aquellas personas que no pueden cubrir siquiera los mínimos necesarios para la subsistencia, también mostró un ascenso preocupante: 4,9 puntos más en cantidad de hogares y 6,2 puntos en términos de personas.
El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) señala que este deterioro económico se debe principalmente a varios factores: la inflación, que en el primer semestre del año acumuló un 9,4% en los precios de los alimentos (superior al 7,7% registrado en el mismo período del año anterior); la caída del poder adquisitivo de los trabajadores, cuyos ingresos se redujeron en un 29,5% respecto al primer semestre del año pasado; el aumento de la desocupación, que alcanzó el 7,6%, el nivel más alto desde la pospandemia; y la pérdida del poder de compra de los jubilados, con una caída del 19,7% en la jubilación mínima.
La crisis abarca a todas las regiones del país, evidenciando un aumento generalizado de la pobreza y la indigencia. Ante este panorama, la urgencia por implementar medidas que frenen el deterioro de la calidad de vida de los sectores más vulnerables es cada vez mayor. Las políticas económicas en los próximos meses serán clave para revertir o profundizar este escenario crítico.
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