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El Gobierno Nacional, mediante el decreto 1020/24 publicado en el Boletín Oficial, anunció la disolución del Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (Enohsa), un organismo creado en 1995 con el objetivo de planificar, ejecutar y supervisar obras de infraestructura hídrica y sanitaria en el país. La medida fue firmada por el ministro de Economía, Guillermo Francos, y el ministro de Obras Públicas, Luis Caputo, como parte de un plan de ajuste promovido por el presidente Javier Milei.

Argumentos del Gobierno

Desde el Ministerio de Economía explicaron que la decisión busca optimizar la gestión de los recursos del Estado, evitando la duplicación de funciones entre organismos. Según el comunicado oficial, la medida permitirá consolidar una estructura única para la planificación y control de todas las obras hídricas, con el fin de lograr una mayor transparencia en el manejo de fondos y mejorar la coordinación en la administración de los recursos hídricos.

«Esta decisión permite una gestión más ágil y centralizada, promoviendo una mayor eficiencia en el uso de los recursos humanos y materiales», señaló el Ministerio en su comunicado. Además, se informó que los recursos y funciones del Enohsa serán transferidos a la Subsecretaría de Recursos Hídricos, dependiente de la Secretaría de Obras Públicas.

Denuncias de corrupción

El cierre del Enohsa no es una sorpresa para muchos. En octubre, el ministro Guillermo Francos ya había adelantado la posibilidad de su disolución, calificando al ente como un «foco de corrupción» y una «caja política». Durante una entrevista, Francos criticó el crecimiento desmedido del organismo, que pasó de gestionar unas pocas obras a manejar casi 1.500 proyectos, complicando la auditoría y el control de los mismos.

“Se creó para hacer una obra o dos, pero le encontraron la vuelta. En la Subsecretaría de Servicios Hídricos había 184 obras, mientras que en el Enohsa había casi 1.500. Esto centraliza las obras y las hace más difíciles de auditar”, declaró el ministro, justificando así la decisión de desmantelar el organismo.

Reacciones de la oposición

El cierre del Enohsa generó un fuerte rechazo por parte de la oposición, especialmente en la provincia de Buenos Aires. El ministro de Infraestructura bonaerense, Gabriel Katopodis, criticó duramente la medida a través de sus redes sociales, acusando al Gobierno de abandonar las obras públicas esenciales para la población.

“Negar el acceso al agua potable y las cloacas, y desfinanciar la infraestructura, demuestra el país para unos pocos que tienen en la cabeza. Solo les importa la especulación financiera y los negocios para sus amigos”, expresó Katopodis, en un mensaje que refleja el descontento de varios sectores por la eliminación de un organismo que, en su opinión, es fundamental para el desarrollo de obras de saneamiento en el país.

Un cambio en la administración de recursos hídricos

Con la disolución del Enohsa, el Gobierno busca centralizar la gestión de las obras hídricas en una sola entidad, bajo la órbita de la Subsecretaría de Recursos Hídricos. De esta manera, se espera mejorar la eficiencia en la ejecución de los proyectos, así como garantizar un mayor control sobre el uso de los fondos públicos destinados a estas obras. Según el decreto, esta decisión permitirá una mejor utilización de los recursos del Estado, reduciendo la superposición de funciones y promoviendo una administración más eficiente y transparente.

El futuro de las obras de infraestructura hídrica y sanitaria en el país queda ahora en manos de las nuevas políticas que implemente la Subsecretaría de Recursos Hídricos, en un contexto de ajuste fiscal que sigue generando debate y polémica en distintos sectores de la sociedad.

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