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ELA-CHEMSTRIP es un test molecular argentino para identificar SARS-CoV-2, que causa la enfermedad COVID-19. Con un procedimiento que consta de tres pasos y tiene una demora total de una hora y media. El resultado se visibiliza en una tira reactiva, similar al popular Test de embarazo.

Según destacan los especialistas, a diferencia de otros métodos de testeo, este permite el diagnóstico de personas infectadas con síntomas y sin ellos, no utiliza un equipamiento costoso ni muy sofisticado y la gran mayoría de sus insumos (más de un 80%) son de industria argentina. De esta manera, el desarrollo permite saber si el paciente se encuentra o no en fase de contagio, lo que resulta fundamental para aplicar los protocolos correspondientes de aislamiento y tratamiento temprano. Fue desarrollado por investigadores de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), gracias a la participación de sus empresas de base tecnológica -Productos Bio-Lógicos y Chemtest, respectivamente-. Ya recibió el visto bueno de la Anmat y, según comentan los referentes, su aplicación podría ser masiva, pues están en condiciones de producir 80 mil kits al mes.

“El primer caso de un infectado fue el 3 de marzo y el 8 nos empezamos a mover para hallar una solución urgente para el diagnóstico de Covid-19. Con el equipo de la UNQ nos habíamos cruzado en el último concurso Innovar de noviembre y supe que nuestros trabajos podrían complementarse en cualquier momento. Lo que jamás iba a adivinar es que sería en un contexto de pandemia. Cuando llamé a los científicos de Quilmes ya estaban trabajando en algo desde el día anterior. Luego, solo quedó coordinar tareas y la comunicación fluyó excelente. Solo por eso tuvimos resultados tan rápidos”, describe Diego Comerci, referente del proyecto del  Instituto de Investigaciones Biotecnológicas de la Universidad Nacional de San Martín y líder de Chemtest. 

“Nosotros teníamos muchísima experiencia en metodologías de amplificación in vitro de ácidos nucleicos y habíamos desarrollado una variante isotérmica útil para otros patógenos. Desde la UNSAM nos aportaron un kit de detección con tiritas reactivas que ya habían elaborado para dengue. Advertimos que, si juntábamos las dos propuestas, teníamos todo el conocimiento necesario para avanzar en el diseño de una respuesta para SARS CoV-2”, apunta Daniel Ghiringhelli, jefe del Laboratorio de Ingeniería Genética y Biología Celular y Molecular (Área Virosis de Insectos) de la UNQ y creador de la empresa Productos Bio-Lógicos, conjuntamente con Marcos Bilen y Ana Ventura.

¿En qué consiste el test?

A la fecha hay dos modelos disponibles para la realización de testeos de coronavirus. Por un lado, los diagnósticos moleculares por tecnología de qPCR: detectan el material genético del virus, demoran algunas horas en entregar los resultados y son los que, actualmente, se realizan en el Instituto Malbrán y otros laboratorios descentralizados del país. Por otra parte, los serológicos: identifican anticuerpos (es decir, la reacción inmunológica del organismo frente al virus) y pueden emplearse para detectar enfermos en estado avanzado de la patología y para estudios epidemiológicos de poblaciones. Ese hueco entre las dos técnicas viene a ser ocupado por ELA-CHEMSTRIP que, por su especificidad, constituye una alternativa sin precedentes arrojando resultados en 60 minutos.

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