El ministro de Economía, Luis Caputo, confirmó anoche a través de la red social X que cumplirá con la prometida reducción del impuesto PAIS para las importaciones de bienes y fletes. A partir del lunes 2 de septiembre, la alícuota bajará del 17,5% al 7,5%, un alivio significativo para el sector importador, que ahora deberá decidir si esta rebaja impactará en los precios finales.
La confirmación oficial y la reacción de los empresarios
El anuncio pone fin a semanas de incertidumbre sobre si la reducción del impuesto se concretaría en septiembre. Caputo celebró la medida afirmando: “Prometimos y cumplimos!”. Pese a las especulaciones sobre la fecha exacta de implementación, la confirmación de Caputo trajo tranquilidad a las cámaras empresarias, aunque no todos comparten el mismo entusiasmo.
Mientras los sectores que dependen de la importación festejan la reducción de costos, los fabricantes nacionales, especialmente aquellos que compiten con productos asiáticos, expresaron preocupación. “Va a entrar todo lo barato de Asia”, advirtió un directivo de la Unión Industrial Argentina (UIA), que se encuentra entre la alegría por la baja de costos y el temor por el aumento de la competencia internacional.
El impacto en los precios: ¿bajarán o solo se demorará la suba?
Con esta rebaja, los empresarios se encuentran recalculando costos y analizando si la reducción del impuesto se traducirá en precios más bajos. Un miembro del comité ejecutivo de la UIA explicó: “Yo normalmente costeo con el costo de reposición, y si ese costo baja, también el precio podría bajar”. Sin embargo, subrayó que lo más probable es que los precios no bajen de inmediato, sino que se retrase el aumento, un sentimiento compartido por varios industriales.
El gobierno confía en que esta medida ayudará a contener la inflación, con Caputo sugiriendo que podría llegar a 0% en algún momento del año, aunque las consultoras privadas consideran este objetivo demasiado optimista debido al contexto económico.
Perspectivas mixtas en la UIA: ¿beneficio o amenaza?
En la UIA hay posturas divididas: por un lado, la reducción del impuesto es positiva para las industrias con alta dependencia de insumos importados, como la automotriz; por otro, la baja protección frente a productos asiáticos genera temor en sectores como el textil, que podrían verse afectados por la competencia externa. “Es un combo explosivo”, afirmó una fuente del sector.
Con la demanda en recuperación y un aumento de ventas del 20% en julio respecto a junio, la posibilidad de que esta rebaja impulse una reducción de precios es aún incierta. Dependerá de cómo cada empresa gestione sus márgenes y del nivel de competitividad en su rubro. Mientras tanto, los empresarios comienzan a hacer números para decidir sus próximos pasos en un contexto de menor presión fiscal y mayor competencia externa.
Comentarios