En el marco de una política de Estado contra el hambre, el sector de la agricultura familiar, cumple un rol estratégico en la provisión de alimentos de calidad. Pero, en el contexto de aislamiento social, preventivo y obligatorio dispuesto por el gobierno nacional por la pandemia del virus SARS-CoV-2, la situación se complejiza.
A tal punto que, desde el Ministerio de Agricultura de la Nación junto con el INTA y los principales referentes del sector productivo, con el apoyo de Fontagro, realizaron un ciclo virtual de reflexión y formación “La comercialización de alimentos de la agricultura familiar: problemáticas estructurales, entre las políticas contra el hambre y la pandemia”.
Durante el primer encuentro, Luis Basterra, ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, destacó el valor que le dan a esta temática tan relevante, como es la promoción de la producción de alimentos en manos de la agricultura familiar. “Nuestro gobierno considera a la agricultura familiar como un aspecto de la política que trabaja sobre dos ejes: el de equidad social y el de equidad territorial”. Y agregó: “Desde nuestro espacio político contribuimos a que, tanto la equidad social y la territorial, se cumplan”.
“Vamos a continuar con el desarrollo de todas las estrategias para que la agricultura familiar esté dentro de los márgenes de inocuidad y salubridad para que la sociedad esté tranquila”, expresó Basterra y agregó: “Destacamos todos los atributos positivos que tiene la agricultura familiar, los valores, el origen de los alimentos, las propiedades organolépticas, la sanidad y salubridad de esos alimentos. Hoy, tenemos la gran oportunidad de reposicionar lo que produce la agricultura familiar”.
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