El mes de junio cerró en Argentina con un fuerte impulso inflacionario, con un promedio cercano al 2 % mensual, según relevamientos privados publicados el 30 de junio. Esta aceleración representa un aumento respecto a mayo y se da en un contexto de presión sobre precios regulados, aumentos en combustibles, tarifas de servicios públicos y subas estacionales en alimentos, especialmente frutas y verduras .
Impacto en la canasta básica
El informe privado indica que los productos esenciales como pan, carnes y lácteos han registrado subas superiores al promedio general, afectando directamente el poder adquisitivo de los hogares. Las familias argentinas ya enfrentan un aumento acumulado del 10 % en lo que va del año en los alimentos, y se espera que esta tendencia se mantenga en julio si no se implementan medidas de control o subsidios focalizados.
“La inflación no solo erosiona el ingreso real, sino que genera incertidumbre en el consumo y retracción en sectores comerciales sensibles a la demanda interna”, señaló el economista Matías Arce, del Instituto de Estudios Económicos Argentinos.
Sectores más afectados
Combustibles y energía: incremento cercano al 3 %, motivado por ajustes regulatorios y ajustes de precios internacionales.
Alimentos y bebidas: 2,1 % promedio, con picos en frutas y verduras.
Transporte y movilidad: 1,5 %, incluyendo aumentos en transporte público y tarifas de taxis.
Reacciones oficiales y proyecciones
El Gobierno argentino reconoció la presión sobre los precios y anunció medidas para contener el efecto sobre los sectores más vulnerables, mediante subsidios focalizados y acuerdos con cadenas de supermercados. A su vez, analistas privados estiman que la inflación podría mantenerse en torno al 2 % mensual en julio, lo que implicaría un incremento acumulado de más del 14 % en la primera mitad del año.
Efectos en la vida cotidiana
Los consumidores ya muestran cambios de hábitos: priorizan marcas blancas, aprovechan promociones y ajustan la frecuencia de compra. En tanto, comercios y supermercados reportan retracción de ventas en ciertos rubros, aunque algunos se benefician de mayores compras en bienes de primera necesidad.