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En una reciente entrevista realizada por Gustavo Pérez Ruiz en su programa Nuestro Tiempo, emitido por LT35 Radio Mon Pergamino, Alejandro Oliva, director del Programa de Salud y Medio Ambiente del Centro de Estudios Interdisciplinarios de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), dio detalles sobre un alarmante estudio. Según su investigación, más de 17 millones de argentinos consumen agua con niveles de arsénico superiores a los permitidos por estándares internacionales, afectando a 12 provincias del país. Pergamino, en la provincia de Buenos Aires, se encuentra entre los puntos críticos identificados.

Un problema silencioso y extendido
Oliva explicó que el estudio comenzó mientras analizaban mortalidad por anomalías congénitas para el Ministerio de Salud. La falta de información confiable sobre arsénico impulsó la revisión de bibliografía científica, revelando que el 70% de la población en las provincias evaluadas estaba expuesta a niveles peligrosos de este elemento en el agua.

El arsénico, un componente natural presente en ciertos suelos, puede ocasionar graves consecuencias para la salud, incluyendo cáncer, anomalías congénitas, Alzheimer y enfermedades cardiovasculares. Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un límite de 10 microgramos por litro de arsénico en agua, el Código Alimentario Argentino establece el umbral en 50 microgramos, debido a la dificultad y costo de implementar sistemas de remoción eficaces.

¿Es posible revertir la situación?
Oliva destacó que, aunque el arsénico es un elemento natural, existen soluciones técnicas para reducir su presencia en el agua. Entre ellas, mencionó tecnologías desarrolladas en la Facultad de Ingeniería de la UNR, ya aplicadas en algunas regiones del noreste argentino, que podrían extenderse a otras zonas afectadas.

El investigador también alertó sobre la interacción entre el arsénico y agroquímicos, que potencia los efectos adversos en la salud. “Hay un sinergismo entre ambos componentes, lo que agrava las patologías asociadas”, señaló.

Responsabilidades compartidas y falta de acción
Al ser consultado sobre la respuesta de las autoridades, Oliva lamentó la falta de compromiso político para abordar el problema. “Hemos presentado nuestros estudios a distintos ministerios, pero no ha habido ninguna acción concreta”, afirmó. Además, subrayó la necesidad de limitar el uso de agroquímicos y garantizar distancias seguras entre cultivos y zonas urbanas, un tema recurrente en ciudades como Pergamino.

Próximos pasos en la investigación
El equipo liderado por Oliva sigue avanzando en sus estudios, con nuevos hallazgos relacionados con cáncer infantil y Alzheimer vinculados al consumo de agua contaminada. Aunque algunos resultados aún no han sido publicados, el investigador destacó la importancia de que estos datos sean utilizados para diseñar políticas públicas efectivas.

La entrevista concluyó con un llamado urgente a los distintos niveles de gobierno para tomar medidas que protejan la salud de millones de argentinos expuestos a esta problemática.

Escucha la entrevista completa:

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